Isabel lleva los últimos doce años, de los 64 que tiene, viviendo en uno de los pisos tutelados para personas con enfermedades mentales de la Asociación de Iniciativas Sociales (AISS).
«Mis padres se hacían mayores y no sabían qué hacer conmigo», resume con total sencillez y sinceridad. Un sacerdote amigo de la familia les pasó el teléfono de AISS. El aterrizaje no fue fácil, pero «la gente era tan maja…».
Ahora Isabel se siente como en casa. De hecho, es su casa. «Aquí estoy tranquila, sé que me van a cuidar y estoy atendida». Ahí además conoció a su novio, otro de los ocho residentes de la vivienda. «Fue verle y…».
Todos ellos forman «una familia nueva» en la que «procuramos ayudarnos y que los otros se encuentren también bien». Sentirse acompañados es importante, «porque a veces pasas ratos…». No concluye las frases, pero sus gestos y su mirada lo dicen todo. «Te sientes comprendido porque las personas que están contigo también tienen una enfermedad mental y te cuidan».
Artículo publicado por cortesía de Alfa y Omega: https://alfayomega.es/el-flamenco-tambien-ayuda-a-la-salud-mental/